Por momentos podemos encontrarnos en este desierto, sintiéndonos solos, sin propósito, buscando amor, sin saber qué hacer, o a dónde ir. Inclusive si tenemos este deseo de Dios, podemos encontrarnos en un lugar muy seco y solo. 

Podríamos imaginarnos en un desierto sin nada alrededor, se podría decir que es una sequía espiritual. Es posible que en momentos así uno sienta que no quiere orar, que no quiere asistir a la Iglesia, que se siente distraído, o que la oración se hace muy corta porque uno no encuentra ningún motivo para hacer estas cosas. Embarcarse en estos viajes de soledad, depresión o aislamiento es lo menos que se puede decir, no son los momentos más divertidos pero pueden ser los más reflexivos de nuestra vida, aunque sean los momentos más oscuros por los que uno ha caminado. 

Puedes sentirte como si estuvieras perdido en el mar y tardaras un millón de años en llegar a la orilla. Una vez que pones un pie en la orilla, no solo te sientes bien al pisar tierra, sino que miras la experiencia, el viaje que hiciste con un propósito, con un nuevo significado de la vida, con una travesía satisfecha con algo más grande. A sabiendas de que Dios nunca te ha abandonado y ha caminado contigo durante todo el viaje.

Please note: This audiobook is in Spanish.