En este episodio nos pusimos a destripar lo que de verdad importa en la vida: los bailes ridículos de TikTok, el drama existencial de vivir con o sin estaciones, los recuerdos que te activan canciones de hace 20 años, y esos tíos cuarentones que todavía llegan a la fiesta con un Jägermeister bajo el brazo como si fuera 1999. Todo con cafecito, pastelitos.

Nos pusimos melosos recordando vallenatos dedicados en la adolescencia, confesamos nuestros lugares favoritos para reciclar citas “originales”, destapamos historias de panas boleteados con el famoso “formato PDF” y nos lanzamos de cabeza a hablar de las crisis existenciales de los 30 y 40… incluyendo la peligrosa tentación del Cocorino Romano a destiempo.

O comprarte una patineta para sentirte “joven” (y terminar en urgencias con los tobillos partidos), hasta querer tatuarte el alma con hobbies que abandonas al mes. También confesamos nuestras conversaciones filosóficas con señores de tercera edad en la parada del bus, debatimos si es válido pintarse las canas estilo “pirata barba negra” y descubrimos que en las barberías dominicanas te perfilan las cejas sin pedir permiso. Todo esto mientras aceptamos que ya no somos “los chamos de la rumba”, sino los señores que llegan y apagan la fiesta.