En momentos de necesidad, enfermedad o conflicto, ¿cómo se manifiesta Dios? Este sermón explora cómo Dios se revela activamente en las circunstancias humanas más difíciles. El Pasto Horacio profundiza en los nombres bíblicos de Dios, no como títulos distantes, sino como promesas de acción: el Proveedor (Jehová Jireh), el Sanador (Jehová Rapha) y nuestro Estandarte de victoria (Jehová Nissi). Es un mensaje que busca transformar la teología en una experiencia personal de fe, mostrando la cercanía de Dios en medio de las batallas de la vida.

Este episodio inicia la serie "Los Nombres de Dios", explorando cómo Dios se revela a sí mismo a través de los nombres que usa en la Escritura. El pastor comienza con el encuentro fundamental de Moisés ante la zarza ardiente (Éxodo 3) y la profunda revelación de Dios como "Yo soy el que soy".

El mensaje se enfoca en tres nombres esenciales:

1. Elohim: El Dios Creador todopoderoso y majestuoso, el origen de todo lo que existe (Génesis 1:1).
2. Yahvé: El Dios eterno, autoexistente e inmutable. Es el Dios fiel que "era, es y ha de venir", y que permanece constante sin importar las circunstancias.
3. Adonai: El Señor soberano, el Amo y Dueño. Este nombre nos desafía a movernos más allá de buscar a Dios solo como un salvador en momentos de necesidad, y a rendirnos a su autoridad y gobierno en cada área de nuestras vidas.

Descubre cómo entender estos nombres puede transformar radicalmente tu relación con Dios y fortalecer tu fe en su poder, fidelidad y soberanía.

En este episodio, el Pastor Horacio Guerrero nos invita a reflexionar sobre la diferencia entre ser un creyente y un simpatizante. Utilizando el libro de Romanos como guía, explora la importancia de no solo profesar la fe, sino de vivirla a través de acciones concretas. A lo largo del sermón, el pastor aborda temas clave como el amor sincero, la pacienicia en el sufrimiento, la compasión por el prójimo y la importancia de vencer el mal con el bien. Un mensaje poderoso que reta a la audiencia a examinar su propio caminar espiritual y a manifestar el amor de Cristo en un mundo lleno de egoísmo y conflicto.