Épisodes

  • ¿A qué voz escucharemos? (Nehemías 4:1-3; 10-12; 14)
    Aug 25 2025

    Nehemías es uno de los libros y personajes menos conocidos de la Biblia y, sin embargo, el relato de su vida y logros constituye un gran desafío y testimonio para todos los creyentes. Estos eventos ocurren después del cautiverio en Babilonia. El primer grupo ya había regresado a Jerusalén bajo la dirección de Zorobabel. Unos 80 años más tarde, Esdras condujo otro grupo de regreso, y durante esa campaña uno de los hermanos de Nehemías volvió con noticias desesperadas de Jerusalén. Esto conmovió el corazón de Nehemías y lo impulsó a regresar él mismo.

    Debemos entender que Nehemías tenía un cargo alto y prestigioso como copero del rey Artajerjes de Persia. Era amado y estimado por el rey. Le hubiera sido fácil desear quedarse en Persia en vez de arriesgar su vida en los esfuerzos por Jerusalén.

    Cuando Nehemías llega a Jerusalén y observa la necesidad, encuentra gran devastación y oposición. Sin duda, no sería una tarea sencilla. En nuestro texto, Nehemías enfrenta voces de oposición y voces de desaliento. Parecía que todos tenían una perspectiva sobre la obra.

    Pero Nehemías tenía una visión diferente a la de los demás. Al considerar estos tres puntos de vista, descubrimos cómo nuestra perspectiva determina nuestro futuro. El pasaje nos enseña principios sobre cómo nuestro enfoque afecta nuestro porvenir.

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    41 min
  • Restaurando las torres y los monumentos (Nehemías 3:1-32)
    Aug 13 2025

    Una vez más estamos en el capítulo 3 esta mañana y espero concluir este mensaje tan esclarecedor que ha tratado con los obreros en el muro, el trabajo que realizaron en un esfuerzo por restaurar los muros de Jerusalén y las propias puertas. En el mensaje anterior sobre este pasaje, pasamos un tiempo considerando las puertas individuales y cómo se relacionan con nuestras vidas hoy. Es asombroso cómo las puertas de una ciudad antigua tienen aplicación para nuestro mundo moderno. Este tercer capítulo de Nehemías es un ejemplo claro del tesoro que es la Palabra de Dios. Una lectura superficial de este capítulo pasaría por alto la vasta verdad que hemos podido considerar y aplicar a nuestras vidas. Esto es otra confirmación de 2 Timoteo 3:16: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. La Palabra de Dios tiene mucho que decir si estamos dispuestos a dedicar tiempo y esfuerzo para buscar Su sabiduría y dirección.

    Tenemos bastante que abordar esta mañana, así que quiero entrar de lleno en nuestra lección mientras seguimos considerando los atributos asociados con la restauración de las torres. En el mensaje anterior, aprendimos sobre las puertas de la Ciudad. No voy a repasar cada una de ellas, pero si desean escuchar ese mensaje, está publicado en el sitio web de la iglesia.

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    49 min
  • Elementos esenciales para la obra (Nehemías 3:1-32)
    Jul 7 2025

    En nuestro anterior mensaje de este poderoso y esclarecedor capítulo consideramos a los obreros del muro. Escondidos en la lista de los que trabajaron, descubrimos su compromiso, su coraje, su confianza y su cooperación. Se trataba de un grupo que se enfrentaba a una tarea monumental y, sin embargo, no se dejaron intimidar por el reto que tenían por delante. Se levantaron juntos y abrazaron el trabajo que se les había encomendado.

    ¡Es un gran desafío el que encontramos al considerar a aquellos que trabajaban incansablemente, codo a codo, sobre el muro! Si hemos de tener éxito y llevar a cabo la obra que se nos ha encomendado, nosotros también debemos estar dispuestos a unirnos como lo hicieron ellos y compartir la misma actitud y compromiso que era tan evidente en sus vidas.

    Esta mañana quiero que sigamos meditando en este mismo capítulo, pero nos vamos a ubicar en una perspectiva diferente. Hemos considerado a los obreros del muro; pero ahora vamos a dedicar nuestra atención al trabajo mismo.

    Vamos a ver, sobre todo, los elementos que fueron esenciales para llevar a cabo esa obra. Confío en que al tener en cuenta lo que estos versículos nos dicen sobre el trabajo, seremos motivados y desafiados a continuar en la tarea celestial en la que estamos comprometidos. Sobre todo, quiero que, mientras nos involucramos en la obra del Señor, podamos alcanzar los logros que estos hombres alcanzaron. Y para eso, es importante conocer los elementos esenciales de la obra.

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    56 min
  • Los obreros del muro (Nehemías 3:1-32).
    Jun 23 2025

    Nos hemos familiarizado con Nehemías en las últimas semanas. El copero judío que servía al rey Artajerjes en el palacio de Susa había recibido la noticia de la devastación en Jerusalén y se sintió profundamente oprimido por las necesidades de la gran ciudad. Obtuvo el encargo del rey de hacer el largo viaje a Jerusalén con el fin de supervisar los esfuerzos de reconstrucción. Después de inspeccionar los daños y crear un plan para la reconstrucción, Nehemías guía al pueblo de Jerusalén en este enorme esfuerzo. Nuestro texto de hoy, entonces, revela el comienzo de la restauración bajo la guía de Nehemías.

    Ahora, este es un pasaje que muchos mirarían y pasarían de largo. Admito que la mayoría de los nombres registrados en este capítulo han sido difíciles de pronunciar. A menudo nos sentimos tentados a asumir que pasajes como este, que enumeran un resumen de nombres, no tendrán ningún beneficio o aplicación real para nuestra vida diaria. Sin embargo, considero que sería una tragedia en nuestras lecciones de Nehemías pasar por alto este gran pasaje. Porque, escondido entre los nombres que son difíciles de pronunciar hay una abundancia de verdad y grandes desafíos para nuestra vida. De hecho, vamos a dedicar varias lecciones relacionadas con este capítulo.

    Esta mañana quiero comenzar con el primer mensaje de este capítulo, mirándolo desde la perspectiva de aquellos que realmente trabajaron en los esfuerzos de reconstrucción. Puede que el tiempo haya olvidado a estos siervos devotos, pero la Palabra de Dios ha registrado sus esfuerzos por toda la eternidad. Eso en sí mismo es una tremenda lección. Es posible que el mundo e incluso los que nos rodean no reconozcan nuestros nombres ni aprecien nuestros esfuerzos en la obra del Señor, pero estamos comprometidos en una noble tarea a la que el Señor nos ha llamado y tenemos la seguridad de que Él lleva un registro de nuestra labor. Quiero comenzar esta mañana examinando las características de estos hombres al considerar: Los obreros del Muro.

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    45 min
  • Examinando los daños 2 (Nehemías 2:11-20)
    Jun 10 2025

    La semana pasada comenzamos a considerar las realidades a las que se enfrentó Nehemías cuando comenzó a evaluar el daño en la ciudad de Jerusalén. Él ha hecho un largo viaje de regreso a casa y estoy seguro de que sus pensamientos estaban consumidos, por aquello que encontraría cuando llegara a Jerusalén. Debemos tener en cuenta que Nehemías nunca había visto Jerusalén. Habían pasado más de 150 años desde que los judíos fueron llevados como esclavos a Babilonia. Se dirige, entonces, a una tierra que nunca ha visto, enfrentándose a una tarea enorme de la que realmente no tiene detalles, y, sin embargo, está decidido a reconstruir la muralla de la ciudad y restaurar la devastación de Jerusalén.

    Seguramente estaríamos de acuerdo en que Nehemías no era el judío promedio. Ocupaba una posición de prominencia en Susa y muy probablemente podría haber estado allí con una vida relativamente sencilla y feliz. Sin embargo, Nehemías buscó servir al Señor y conocía la importancia de Jerusalén y la necesidad de que el pueblo de Dios habitara la tierra y adorara allí.

    Necesitamos santos como Nehemías en nuestros días. Es cierto que tenemos vidas muy diferentes a la que él vivió, pero necesitamos a aquellos que estén dispuestos a hacer los sacrificios necesarios por el bien de la iglesia y la gloria de Dios. Necesitamos a aquellos que dejarán a un lado la preferencia y ganancia personal para restaurar lo que se ha perdido en nuestra generación.

    Esta mañana quiero retomar lo que dejamos la semana pasada con respecto a los desafíos que Nehemías enfrentó al inspeccionar los daños. Repasemos rápidamente lo que meditamos la semana pasada. Nos ocupamos de la inspección de la ciudad (v. 11-16). Estos versículos revelan cómo Nehemías inspeccionó el estado de la ciudad, y considerar así la tarea que tenía por delante. Este ejercicio le permitió tener en cuenta varios procedimientos y realidades. Una inspección privada (v. 12a, 16). Una inspección motivada por Dios (v. 12). Una inspección cuidadosa o precisa (v. 13-15). ¿Qué más nos dice aquí la Palabra de Dios con respecto al examen que ha hecho Nehemías de los daños?

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    1 h et 3 min
  • Examinando los daños (Nehemías 2:11-20).
    May 26 2025

    ¿Se imaginan la emoción y la anticipación que Nehemías debió de sentir en este momento de su vida? Dios había depositado en su corazón una carga inmensa por las necesidades de Jerusalén. La ciudad estaba en ruinas, y ante él se alzaba una tarea monumental. Aunque ocupaba un lugar de prominencia en la corte, no tenía certeza de cómo reaccionaría el rey ante su petición. ¿Mostraría simpatía por la causa de Jerusalén y por el anhelo que consumía a Nehemías? ¿Estaría dispuesto a permitir que un siervo tan valioso y confiable abandonara el reino para embarcarse en una misión tan arriesgada?

    Muchas veces soñamos con oportunidades así; las anhelamos, las imaginamos… pero rara vez se concretan. Debemos recordar que Nehemías no buscaba un proyecto personal ni una aventura elegida por gusto. Seguía el llamado, la guía y el impulso del Señor. Fue Dios quien encendió su corazón con esa carga santa, y quien allanó el camino para su regreso a Jerusalén y el inicio de la reconstrucción de sus murallas devastadas.

    Nuestro texto nos sitúa ya en Jerusalén. Nehemías ha completado el largo y arduo viaje desde Susa, y está a punto de emprender la obra que Dios le ha encomendado. Solo el hecho de llegar hasta allí fue un reto formidable: muchos estudiosos coinciden en que el viaje debió tomar aproximadamente tres meses.

    Ahora que ha llegado, se dispone a inspeccionar la ciudad, a percibir con sus propios ojos la magnitud del desastre y a trazar un plan estratégico para la reconstrucción.

    Al acercarnos al texto de hoy, queremos detenernos en los desafíos que Nehemías enfrentó al disponerse a: Inspeccionar el daño. Y en primer lugar, debemos tener presente lo siguiente:

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    55 min
  • La trieza de Nehemías (Nehemías 2:1-10)
    May 12 2025

    El primer capítulo nos abrió la escena con Nehemías, recibiendo desde lejos las tristes nuevas de Jerusalén. Aunque la distancia lo separaba de los muros derribados y las puertas quemadas, su corazón ardía con un fuego santo. No pudo mirar hacia otro lado. La herida de su pueblo se convirtió en su herida, y esa carga lo llevó de rodillas, a derramar ante Dios una oración humilde, quebrantada y sincera.

    En el texto en que meditamos hoy, el tiempo ha pasado, pero no así la carga. Aquellas noticias no se esfumaron con los días; al contrario, se afianzaron en el alma de Nehemías como un llamado divino. Su compasión se ha vuelto determinación. Su oración, lejos de perderse en el viento, ha sido escuchada por el Dios que ve en lo secreto. Y ahora, ese mismo Dios está por abrirle el camino: una puerta se entreabre en el palacio, y con ella, la posibilidad de volver a Jerusalén y levantar lo caído, restaurar lo arruinado, cumplir el propósito que el Señor ha sembrado en su corazón.

    Las murallas de la gran ciudad yacían en ruinas desde hacía unos ciento cincuenta años. Piedra sobre piedra, la historia se había desmoronado, pero el pacto de Dios con su pueblo jamás había sido olvidado. El reloj del cielo marcaba ahora la hora de la restauración. El tiempo de reedificar había llegado, y Dios ya tenía a su hombre. Nehemías estaba a punto de recibir el encargo divino que le daría autoridad, dirección y propósito para emprender la inmensa tarea de levantar nuevamente los muros caídos.

    Y al contemplar la angustiosa situación del pueblo de Dios en aquellos días, y la carga ardiente que pesaba sobre el corazón de Nehemías, no podemos evitar ver un reflejo de nuestro propio tiempo. Hoy, no son los muros de piedra los que claman por ser restaurados, sino los muros invisibles y sagrados del espíritu. Los cimientos morales y espirituales de nuestra tierra están en ruinas, y parece que son pocos los que sienten la urgencia de reconstruirlos. Pero no nos engañemos: esto no agrada al Señor. Él sigue buscando hombres y mujeres que se levanten en medio de la ruina, que escuchen el clamor del cielo, y acepten el llamado a restaurar lo que ha sido quebrantado.

    ¿Quién dirá “aquí estoy”? ¿Quién pondrá manos al arado y corazón al propósito? ¿Quién se atreverá a edificar, confiando en el Dios que aún llama, aún envía, y aún reconstruye? Este pensamiento concuerda con lo que el profeta dijo: “Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar” (Isaías 58:12).

    Meditemos, entonces, en el pasaje que hoy hemos leído. Consideremos las lecciones espirituales y prácticas que serán de mucha bendición para nuestras vidas. Meditemos en la “tristeza de Nehemías”.

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    1 h et 7 min
  • Cuando abandonamos el muro (Nehemías 6:1-4)
    Apr 28 2025

    Cuando abrimos el libro de Nehemías y nos sumergimos en su historia, no solo encontramos un relato antiguo sobre reconstrucción de muros, sino un testimonio vivo de lo que significa estar comprometido con la obra de Dios frente a la oposición constante.

    Nehemías no era un constructor profesional ni un líder militar. Era un copero del rey, un hombre con una vida cómoda en la corte de Persia. Sin embargo, cuando supo que los muros de Jerusalén estaban en ruinas y que su pueblo vivía en desgracia, su corazón se quebrantó. No podía quedarse de brazos cruzados. Fue entonces cuando Dios lo llamó, no solo a observar, sino a actuar. Y Nehemías respondió al llamado de Dios.

    No obstante, desde el mismo momento en que puso un pie en Jerusalén, comenzaron los ataques. Sambalat, Tobías y otros enemigos hicieron todo lo posible por detener la obra. Burla, intimidación, amenazas, incluso planes de asesinato, nada parecía estar fuera de sus tácticas. Y, sin embargo, Nehemías no se detuvo. No dejó el muro. No se bajó. Su enfoque y su fidelidad fueron su escudo.

    Este hombre, que bien pudo haberse rendido o desviado por la presión, decidió que la obra de Dios valía más que su comodidad, su reputación o incluso su vida. Y es allí donde vemos el retrato de un verdadero siervo de Dios: alguien que, a pesar de la oposición, sigue construyendo.

    Pero, ¿qué sucede cuando nosotros, los que hoy somos llamados a servir, decidimos abandonar el muro? ¿Qué ocurre cuando dejamos de hacer lo que Dios nos ha encomendado? Este alejamiento comienza con lo más sutil: una distracción, una queja, una duda, una necesidad o un miedo. Sea cual sea la razón por la cual usted se ha alejado del muro, hoy quiero que pensemos y meditemos juntos, sobre lo que sucede cuando abandonamos el muro.

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    51 min