Bienvenidos y bienvenidas al episodio 131 de La obsesión ciclista de Fred.
Hoy me siento frente a un ciclista que pertenece a una generación irrepetible.
Un corredor que sabía leer cada carrera antes de que los números lo hicieran por nosotros.
Aprendió el oficio en una época en la que todavía las sensaciones eran tus mejores compañeras, y con el paso del tiempo
se adaptó como nadie, a cada uno de los avances tecnológicos que transformaría el ciclismo para siempre dentro, y fuera del pelotón.
Samuel Sánchez dió forma a su estilo como corredor donde el equilibrio entre el riesgo y el control dejan ese pequñito espacio que muy pocos ven y donde muchos menos, se atreven a meter rueda.
Reconocido como uno de los mejores bajadores Samu es un tipo de sangre fría y mirada limpia,
capaz de ganar un oro olímpico representando a una generación innolvidable, sin levantar la voz, sin hacer ruido y sobre todo...
Compartiendo ese logro con todo el equipo inmediatamente después de cruzar la meta.
Su carrera es un ejemplo de constancia, humanidad y generosidad incluso en los momentos más duros.
Hoy quiero hablar con él de ese Samu Sánchez, de sus logros, de su retirada, del ciclismo de hoy, de la tecnología, de su papel como embajador de marca,
Pero sobre todo quiero hablar con Samu. El deportista, el padre, el hijo, el esposo... quiero saber quien es Samuel Sánchez.
Porque detrás de una medalla de oro olímpica hay un tipo que tiene que mirar el mundo de una forma interesante.
Te dejo con un tipo que puso un broche de oro a toda una generación, te dejo con un tipo que me ha impresionado con su energía, su sonrisa y sus ganas de querer vivir lo que viene... te dejo, con Samu Sánchez.
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