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Sherlock Holmes es llamado para investigar el misterioso fallecimiento del coronel Barclay. Mientras todos los indicios parecen apuntar hacia su esposa, las circunstancias del caso se tornan más extrañas con cada detalle descubierto. Las huellas de un desconocido y de una criatura peculiar despiertan la curiosidad de Holmes. Detrás del caso se oculta una red de antiguos secretos, rivalidades y traiciones que datan de tiempos de guerra. Holmes deberá utilizar toda su astucia para desvelar la verdad detrás de este enigma, donde nada es lo que parece.

Una ambiciosa mujer, Marya Aleksandrovna Moskalyova, intenta casar a su hija Zina, de veintitrés años y a la que ya se considera demasiado mayor para estar soltera, con un príncipe al que Dostoyevski identifica por la inicial «K», un anciano, familiar lejano, que pasa por el pueblo en el que ellas viven tras haber volcado su carruaje, para que le asistan en su casa.

Como en muchas de las obras del autor, la obra está narrada en primera persona por un narrador, sin nombre. El protagonista es el arquetipo del joven soñador y solitario e imagina constantemente su vejez solitaria. Durante uno de sus largos y cotidianos paseos por las calles de San Petersburgo se encuentra con una joven, Nástenka. Hasta entonces, éste nunca había hablado con mujeres y mucho menos se había enamorado, pero hay algo de ella que le hechiza. El relato está estructurado durante cuatro noches y una mañana.

¿Alguna vez te pusiste a pensar en las grandes enseñanzas que podemos rescatar de los recuerdos de la infancia, y de las personas que pasaron, aunque sea fugazmente, por nuestras vidas? En este breve cuento, Dostoievski nos muestra como una sencilla memoria de la infancia es capaz de iluminar nuestro presente, por más sombrío y adverso que pueda ser. Asimismo, nos recuerda que toda persona que tengamos a nuestro lado, es capaz de mostrar gran amor y nobleza, por más que se pueda pensar lo contrario.

Memórias do subsolo é um pequeno romance publicado em 1864. Considerada uma obra precursora do existencialismo e da psicanálise, traz na primeira parte o monólogo de um homem amargurado e amargo, um homem subterrâneo, sem nome ou relações sociais, um empregado aposentado, em cuja própria existência não vê nenhum sentido, e que se dirige diretamente ao leitor. Tenta envolvê-lo, convencê-lo e comovê-lo com hipóteses sobre si mesmo e sua possível redenção, talvez via a ação, nem que seja fazer o mal — para afinal concluir que o melhor é não fazer nada.