Decíamos que en los noventa ya no existe la cocina como tal, existen otras cosas. La música no se detiene pero la cocina, como tal, se detiene. Arturo, miembro honorario, se muda a Holanda, Alain se concentra en su música y en sus libros y en la radio. Evodio se vuelca en la academia y en la escritura, Jazzamoart continúa con su exitosa carrera, Ariel se instala en el arte y piensa y repiensa el sonido siempre con el saxofón al lado, y Ana nunca suelta la música y la música nunca la suelta a ella, convirtiéndola, poco a poco, en maestra, guía y ejemplo, para nuevas generaciones de músicos e improvisadores que quieren moverse y hacer mover.

Atrás del Cosmos, Saxrapaz y La Cocina, se instalan en el gabinete del nicho y en el de los descubrimientos por hacerse. Mientras que Música para bailar y Cold drinks Hot dreams viajan.

Y hoy es 2025. Han pasado más de 4 décadas desde que nació el free jazz mexicano. Y esto está pasando. Estamos en el estudio de Jazzamoart. Es 11 de abril de 2025. Estamos nerviosos. Estamos aquí con Marcela, Nora, Javier, Toño, Martí, JC, Eva, Lexi, Diego, Alain, Ariel, Evodio, Jazzamoart y Ana.

Martí y JC lo lograron. No sabemos qué va a pasar, hasta que pasa esto.

La amistad es la improvisación más libre. Prudencia, paciencia y puntualidad, está en el libro. Pero no estamos buscando de El jazz en México, porque ya está el libro.

Estamos pensando en el free y en su familia. En un par de décadas y algunos nombres. Estamos pensando en el México de finales de los setenta, y en los ochenta. Y, muy en particular, estamos pensando en una ciudad que se llamaba Distrito Federal, D.F. para el popular, y estamos pensando en política, en prejuicios, en represión y en la instalación del gusto nacional pre producido y televiso. Pero también en la contra, en las calles y las protestas; en los colectivos de arte y en los músicos que dijeron no y en los que no eran músicos y dijeron sí. Digamos pues, sí y no, y digamos tres nombres que, aunque no son los únicos, sí son los de nosotros: digamos ATRÁS DEL COSMOS, SAXRAPAZ y LA COCINA.

Digamos entonces que Ana Ruiz, Alain Derbez, Ariel Guzyk, Evodio Escalante y Jazzamoart, La Cocina, mexicanos todos, escucharon algo, y comenzaron por separado, un camino que los uniría. Esta historia comienza entre las piernas de sus madres y termina en La Cocina, décadas después.

Esta no es la historia del free jazz en México. Ni de la improvisación, ni de la música orgánica. Esta es la historia de tres bandas que son una. Tres que definieron el sonido presente de la Ciudad de México, aunque pocos lo saben.

Es la historia de Martí, que tuvo una idea. De JC, que no se detuvo. Y de Benjamín, que la escribió. Es la historia de Ana Ruiz, Alain Derbez, Ariel Guzik, Arturo Escalante y Evodio Escalante.

Pero sobre todo, es la historia de unos amigos, unos artistas, y de cómo los obligamos a recordar.

Esta no es la historia de La Cocina. Es nuestra historia con La Cocina. Nuestra versión y nuestra amistad.

Esta es una invitación a bailar.