Esta semana hablamos de los efectos transformadores de la buena suerte, en el movimiento emocional que puede gatillar la bonanza y la alegría, de la mano de Júpiter que entra en géminis y nos deja el podcast más largo del año. Hablamos de los grados críticos y Júpiter conjunto a Venus al final de Tauro. Pensamos en el Sol, que hace trígono con Plutón retrógrado y algo se nos revela.

a veces las cosas son

el tacto que las encuentra

San Ignacio

Esta luna llena nos muestra lo que es, nos revela la evidencia de lo que negamos y escondemos, desocultando la realidad. Construimos miradas, visiones, narrativas sobre lo tangible, tratando de hacer que las cosas sean lo que necesitábamos que sean. Pero debajo de las representaciones está lo vivo, con su particular persistencia.

Muchas veces fingimos, hacemos como sí, pretendemos que las cosas son lo que quisiéramos que sean y no nos damos el espacio para dejarnos afectar, para dejarnos tocar por lo que efectivamente es. Ese tacto (interno y externo a la vez) nos abre la posibilidad de ser fieles con los impulsos y las necesidades que nos habitan, y con la realidad que pide ser nombrada.

Hacer silencio es, en esta luna llena, revelador. Dejar de repetir las mismas viejas fórmulas y escuchar. Hay conceptos vacíos que guían nuestro sentido común, articulando un mundo en nuestra mirada: la gente, los adolescentes, los hombres, son categorías vacías que articulan con la realidad ya sea para intentar tocar lo que hay en el mundo o para intentar alejarlo, dejarlo envuelto, vendado, momificado.

Nuestras representaciones cabalgan a toda velocidad sobre el mundo, que yace paciente y ancho debajo de nuestros pies. Articulamos un saber que, en muchos casos, busca conjurar la potencia transformadora del misterio. Muchas veces pensamos para protegernos. Esta luna llena nos muestra cómo el miedo que yace en nuestra memoria, busca defenderse con conceptos e ideas. Frente al dolor que se despierta, explicamos intentando acallar.

La verdad es un bálsamo del que muchas veces abusamos. Esta luna llena echa por tierra las palabras que hemos tejido como un cesto dentro del que nos escondemos y nos invita a tomar los hilos del pensamiento para tejer los zapatos que nos permitan caminar sin quemarnos.

En el silencio también radica la humildad que esta luna nos recuerda. Lo que realmente ha de llegar sólo se conoce de antemano a través de la intuición y la sensibilidad. Hay cosas que sólo son accesibles a través del agua. La espada y la pluma muchas veces se confunden, pero tienen naturalezas diferentes: una defiende, la otra busca el vuelo de un pensamiento que sea capaz de sostener, de recibir aquello que todavía no existe y sin embargo es necesario. Pensamos para defendernos, dice esta luna, pero pensar puede ser también un modo de ligarse con la vida, de alojarla.

¿Quién es capaz de interpretar el clamor de un pueblo? ¿Quién puede hacer carne la palabra de dios? Todo lo que decimos sobre el mundo es también un hacer sobre el mundo, que estaba ahí antes de ser nombrado, pero que recién entonces aparece. En esta luna, cabe escuchar la pregunta de Lisa Simpson: “Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie ahí para escucharlo ¿hace ruido?” La realidad y lo que decimos sobre ella están ligados, como el sonido de un aplauso es el resultado del choque de las dos manos.

Visualización

Un escarabajo camina por el desierto. Deja una pequeña estela, una huella en su andar. Es negro como la noche. Avanza lento sobre el amarillo encendido de la arena. No hay un sólo sonido a su alrededor, el silencio es estremecedor. Pronto llegará a su destino, aunque no sepa cuál es.

Esta semana hablamos de los cúmulos de planetas que transitan los signos de Aries y de Tauro, y lo que nos traen a la vida cotidiana. ¿Qué recuerda nuestro cuerpo y qué necesitamos reordenar para alivianarnos?