Page de couverture de Thule, la sociedad secreta origen del Nazismo

Thule, la sociedad secreta origen del Nazismo

Thule, la sociedad secreta origen del Nazismo

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Se dice que toda historia empieza con un nombre, y el deesta sociedad no podía ser más evocador: Thule. Los antiguos griegos hablaban de una tierra mítica situada en el confín del mundo, más allá de los mares conocidos, en el límite del hielo y la bruma. Era el norte imposible, un lugarque nadie había alcanzado pero que estaba grabado en la memoria colectiva como símbolo de lo inalcanzable, de lo puro y remoto. Con el paso de los siglos, esa palabra fue tomando un tinte distinto: ya no era solo un confín geográfico, sino la idea de un origen perdido, la patria ancestral de un pueblo fuerte y primigenio.

En el siglo XIX, cuando Europa se debatía entre revolucionesindustriales, ideologías nuevas y la sed de espiritualidad que muchos buscaban en sociedades secretas y corrientes esotéricas, Thule reapareció como un imán para los soñadores de lo oculto. La teosofía de Blavatsky hablaba de razas raíz y continentes desaparecidos como la Atlántida o Lemuria, y pronto hubo quien quiso ver en Thule la cuna de la raza aria, el lugar mítico del que habrían partido los ancestros germánicos. No era más que una leyenda vestida conropajes de pseudociencia y ocultismo, pero en un continente convulso, los mitos suelen ser más fuertes que los hechos.

Y así llegamos a 1918, el año en que Alemania se hundió enla derrota de la Gran Guerra. Un imperio que se creía eterno se desmoronaba, millones de hombres volvían del frente derrotados y mutilados, la economía se desplomaba y las calles hervían de hambre y rabia. En Baviera, los comunistashabían proclamado una efímera república soviética, y la violencia teñía de sangre cada esquina. Era un tiempo en que las certezas se derrumbaban, y cuando las certezas caen, los mitos cobran fuerza. ¿A dónde aferrarse en medio de la ruina? Para algunos, la respuesta no estaba en la política ni en la ciencia, sino en un pasado idealizado, en un origen mítico que prometía devolver la dignidad perdida.

Ese fue el caldo de cultivo en el que la palabra “Thule” resonó de nuevo, ya no como un eco clásico, sino como bandera de un grupo que quiso ser más que un club secreto: un refugio espiritual y político para quienes soñaban con el renacer de Alemania. Una sociedad que tomaría ese nombre ancestral para envolver su ideología de pureza racial, ocultismogermánico y odio al enemigo señalado. El mito antiguo, transformado por el dolor moderno, se convertiría en semilla de uno de los movimientos más peligrosos del siglo XX.

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