Quizás vives en una de esas ciudades de provincias en las que "nunca pasa nada". Por eso nunca pensarías que la mujer o el hombre que se sienta a tu lado en el bus, o pasea por tu calle oyendo música con sus cascos, ha huido de una guerra. Te sorprenderá entonces saber que en Castilla y León viven miles de personas que tuvieron que huir de sus países de origen para salvar la vida. Los llamamos refugiados. Y solo en Salamanca tenemos 500. 

Nosotras hemos podido saber más de ellas, de ellos, gracias a tres amigos que trabajan ayudando a los que llegan a Salamanca: Isabel Escobar, José Piñero y Sara Marcos. Y sobre todo, gracias a Khadija Amin, de Afganistan, y Mamadou Li, de Guinea Conakri, dos refugiados que luchan para rehacer su vida y tener derechos aquí, y que nos ofrecieron su testimonio. Toda una lección de esperanza desde el corazón de la tragedia. 

En el verano del 2022 Castilla y León vio arder 95.000 hectáreas de su territorio: una catástrofe ecológica y social con pocos precedentes. Nuestros bomberos forestales estuvieron allí, pese a su precariedad laboral, piel con piel con las poblaciones y hábitats destruidos. Para conocer la verdad tras los enfoques interesados que ofrecen los responsables políticos, no se nos ocurre testimonio más autorizado que el suyo.

¿Cómo es vivir la música e intentar vivir de la música en una ciudad de Castilla y León en 2022? Entrevistamos a cuatro protagonistas de la escena salmantina con perfiles muy diferentes que nos van a dar un testimonio significativo de la movida.