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Intenté dormir de nuevo: ¡ imposible !, una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca. El Monte de las Animas - Atad los perros; haced la señal con las trompas para que se reúnan los cazadores, y demos la vuelta a la ciudad. La noche se acerca, es día de Todos los Santos y estamos en el Monte de las Ánimas. ¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres asustarme? No, hermosa prima; tú ignoras cuanto sucede en este país, porque aún no hace un año que has venido a él desde muy lejos. Refrena tu yegua, yo también pondré la mía al paso, y mientras dure el camino te contaré esa historia.

Disfruta de las maravillosas leyendas de Béquer en esta compilación única :El rayo de luna , El monte de las ánimas, La cueva de la mora, La Rosa de pasiónLa corza blanca, La Cruz del diablo, La promesa, Los ojos verdes, El besoEl gnomo, 3 fechas, Maese Pérez el organista, Las hojas secas, Creed en DiosLa venta de los gatos, La creación, La ajorca de oro, El miserere, ! es raro !El Cristo de la calavera, El caudillo de las manos rojas.

Rimas es una de las obras más conocidas de Gustavo Adolfo Bécquer, el poeta postromántico sevillano. Su colección de poemas, publicada tras la muerte del autor, es considerada como la más honda y fina poesía del siglo XIX. Bécquer canta al proceso creativo, el amor, la esperanza, el desengaño, el dolor y la muerte. Un auténtico romántico.

Se desarrolla en la época medieval, durante la noche de Jueves Santo, en la célebre abadía navarra de Fitero, en las ruinas del monasterio. Además se cree que esta leyenda está inspirada en el monasterio de yerga Autol. -“ El rayo de luna”: Manrique ama la soledad. Es un poeta, que se retira a escribir o leer a un lugar apartado, donde su imaginación le hace ver hadas. Es así como descubre a su "amada".

Esta trágica leyenda está relacionada con la rima LXXVI del mismo autor. En ella hablan de la llegada de un grupo de soldados franceses a la conquistada Toledo, y que no habían podido encontrar un alojamiento, y fueron a dormir a una vieja y abandonada iglesia.Las Leyendas son un conjunto de narraciones de carácter posromántico escritas por Gustavo Adolfo Bécquer y publicadas entre 1858 y 1864.

En español neutro, una vieja venta en las afuera de Sevilla, dos enamorados y los estragos del tiempo.

Phantastische, irrationale, mysteriöse und ambivalente Elemente beherrschen Becquers wundervolle Erzählungen, die in vereinfachter Symbolik ausgedrückt reflektieren, dass dort wo Gott stark der Teufel nicht schwächer ist. "Der Kuss" liefert den Beweis, dass Lästerung der Toten mit grausamen Konsequenzen verbunden ist. In "Der Tod der alten Kaska" wird die schreckliche Leichtgläubigkeit und unmenschliche Brutalität der gottesfürchtigen Landbevölkerung charakterisiert. In "Die Zauberburg" schließt ein maurischer König einen Pakt mit dem mächtigsten Hexenmeister seiner Zeit.

Relato corto de Bécquer, ideal para escuchar en un viaje corto, o dando un paseo.En el pórtico de la iglesia, y sentado al pie de un enebro, estaba el tío Gregorio. El tío Gregorio era el más viejecito del lugar: tenía cerca de noventa navidades, el pelo blanco, la boca de risa, los ojos alegres y las manos temblonas.

Nos cuenta la historia de Maese Pérez, un hombre ya muy anciano que tocaba el órgano en la iglesia de Santa Inés. Tocaba el órgano, como nadie lo había hecho antes; el arte lo heredó de su padre, pues al fallecer le dejó su órgano, y Maese Pérez decidió seguir sus pasos. Todo el mundo lo conocía además de por tocar el órgano, por lo bueno que era. Lo solía tocar en Nochebuena, pues significaba mucho esa noche para él. Además, era ciego, pero sabía que un día conseguiría ver a Dios.

Pedro Alfonso de Orellana amaba sin límites a la bella María Antúnez. Un día en que la sorprende llorando, logra, tras mucha insistencia, enterarse que lo que la joven ansía de forma obsesiva: la ajorca de oro que lleva en uno de sus brazos la imagen de la Virgen del Sagrario, patrona de la ciudad de Toledo.Tras una considerable lucha entre sus convicciones religiosas y su pasión amorosa, vence esta última, y esa misma noche el enamorado entra en la Catedral sigilosamente. Consigue tomar la preciada ajorca de la Virgen, pero de repente.

Una vez más, se mezclan en este relato corto de Bécquer lo romántico con la más pura inocencia. Todos se reían del pobre Esteban: nadie creía sus historias sobre la corza blanca y su manada que correteaba por el bosque. Sin tregua se burlaban de él. Pero quizá los ojos del simple Esteban veían cosas que a todos quedaban escondidas, precisamente por esa inocencia que a los demás les faltaba.

El dios Brahma se sentía cansado de verse siempre tan solo, por lo que fecundó a Maya, la tierra creadora que lo envolvía. De ella bro Brahma practicaba la alquimia en su laboratorio, y los pequeños acudían a observar en secreto cómo trabajaba su padre. Asombrados por lo que el padre creaba, volvieron en una ocasión en la que Brahma no se encontraba allí, y aprovechando que el laboratorio estaba abierto, entraron.Allí mezclaron y confundieron todos los elementos hasta que crearon un mundo deforme, oscuro, con polos, montañas.

Durante la noche de jueves santo en la célebre abadía navarra de Fitero el protagonista de esta leyenda, encuentra dos o tres cuadernos de música con un “miserere”. Dentro del miserere lee unas frases que no entiende muy bien y le pide a un anciano que se las explique.

En esta leyenda Bécquer nos cuenta la historia del organista ciego de la iglesia de Santa Inés de Sevilla, apodado Maese Pérez, que aún habiendo sido ofrecido la posibilidad de tocar el órgano en lugares de mucho mayor prestigio siempre se niega y sólo quiere hacerlo en el pobre convento de Santa Inés.

Dos jóvenes caballeros, que han sido amigos durante toda su vida, por estar enamorados de la misma dama, doña Inés, a partir de ese momento se enfrentan y empieza a surgir el odio entre ellos.Como consecuencia del supuesto favor que Doña Inés presta a uno de ellos, deciden los caballeros batirse en duelo y corren por las calles de Toledo buscando un lugar iluminado donde poder hacerlo sin que nadie les moleste.

Una tarde de otoño cualquiera el poeta se funde completamente con el medio natural y escucha la conversación de dos hojas secas cualesquiera que se encuentran al borde del camino en la que una le cuenta a la otra como ha llegado hasta allí arrastrada por el torbellino de aire, mientras que la otra ha llegado a lomos de las aguas del río y sólo un último vendaval ha sido capaz de levantarla y de traerla donde se encuentra.

Todos se reian del pobre Esteban, nadie se creia sus historias sobre la corza blanca y su manada que correteaban por el bosque y entre risas se burlaban de el. Pero quizás los ojos del simple Esteban veian cosas que los demás no veían, precisamente por esa inocencia que a los demás faltaba. La risa de Constanza, cuya belleza embelesaba a Esteban hasta el punto de quedarse sin habla, contagiaba a todos cuantos el joven pastor contaba lo que le pasaba cada noche junto al arroyo donde esperaba a las corzas.

La Vueva de Mora - ¿Penetrar en la Cueva de la Mora? No sabe usted que de ella sale todas las noches.... Estando de vuelta entre los suyos tras haber sido rescatado de su cautiverio entre moros, el caballero, nuestro héroe, no puede evitar su melancolía: durante su cautiverio se enamoró....

En esta leyenda en la que Bécquer se pone en la voz del mismo narrador, cuenta como un día paseando por el barrio de San Jerónimo de Sevilla se encontró con una venta en la cual había gran algazara y jolgorio. Se decidió a tomar algo, y mientras bebía, observó a una chica, que era la cantante en un coro femenino y consiguió hacer de ella un bonito retrato a lápiz. Cuándo se disponía a abandonar la venta, el responsable del coro masculino, un chico joven, se le acercó y le pidió que le regalase el retrato de su amada.

En esta leyenda narrada en primera persona el autor la cuenta un hecho que ha vivido personalmente en un viaje que hizo a Toledo. Un día paseando por una estrecha y deshabitada calle se fijó en una ventana y viendo una cortinilla que se movió creyó vislumbrar una mano blanca de mujer que se movía. Volvió a pasar varios días por delante de aquella ventana y cada vez volvió a ver la mano blanca.